Empresaria por disposición. La mujer del je
Os quiero presentar a la empresaria Sofia, es la mujer del jefe. Ya sabéis como está el panorama, al jefe no le han ido bien las cosas y ha tenido que poner la empresa a nombre de su mujer. Debería llamarla jefa?
Tras el cierre, al jefe no le quedó más remedio que recurrir a su mujer que entró para apoyar en tareas de secretaria, aunque llego sin apenas conocimientos de ofimática. Ahí es donde entro yo!
Los rumores de mujeriego que tiene mi jefe siempre estuvieron presentes, ya ha tenido tres mujeres, pero nunca me esperé ver algo así. Él ronda la jubilación mientras ella es una milf en potencia, la diferencia de edad supera la veintena y aunque dicen que en el amor no hay edad aquí se intuye un claro interés por ambas partes. Y es que la relación no es demasiado sana, el trato entre ellos es mas de padre e hija, el pendiente de todos sus movimientos y ella pidiendo libertad.
A su llegada no preste mucha atención, es más, los primeros cruces de palabras no fueron amigables e incluso llegué a crear un cierto odio hacia su persona. Hasta que sus pocas nociones con el ordenador me llevaron a un acercamiento impensable. Cada vez que le surgía un problema recurría a mí para solventarlo.
Fue entonces cuando comencé a verla diferente, en esos momentos empezamos a entablar conversaciones muy constructivas y cada vez más personales.
Llegaba a su oficina con el ordenador… pelo pelirrojo, cuerpo esbelto, un gran culo y unos grandes pechos que no escondía. Su figura nunca me había pasado desapercibida, pero cuando sus miradas de ojos verdes se cruzaban cada vez con más frecuencia, el morbo empezaba a crecer.
El simple gesto de beber de la taza me resultaba sugerente, más aun cuando la veía revolverse para llamarme.
Y llegó el día de la chispa!
Fue una simple noticia, una firma de contrato, pero tras unos meses difíciles con ambientes muy tensos y duros días de trabajo las emociones emergieron. En un inocente acto me acerque a ella para besarla en la mejilla de forma exaltante. Lo que no fueron tan inocentes fueron mis manos que en acto reflejo e involuntario puse sobre su cuerpo.
Su respuesta me sorprendió, lejos de m*****arse pareció gustarle el beso apasionado pero amistoso que le propicie.
En aquel instante supe que las cosas las vería de forma diferente. Las fantasías afloraban en mi mente cada vez que la veía entrar por la puerta.
La imaginación era cada vez más creativa, era verla sentada en la oficina e imaginarla desnuda abierta de piernas; verla de espaldas y fantasear con abrir la puerta del vestidor y contemplarla desabrochándose el sostén…
Solo pensaba… pero que hace con este muermo! Seguro que ni se le levanta con pastillitas. Y era entonces cuando soñaba con mas fogosidad… como apaciguaba sus calentones?
La imaginaba jugando con su juguetito en el sofá del salón mientras los demás dormían, quizás pensando en mi? Yo con ella si lo hacía, mi pene entre sus pechos… la imagen se representaba noche tras noche.
Y llego el día!
No sé como llegamos a esa situación, pero ahí la tenía! Estaba en el despacho frente a mí, apoyada sobre la mesa y desabrochándose la blusa.
Sus pechos parecían rebosar del sostén, y rápidamente mi mano se lanzó a magrear su seno izquierdo.
Cuando me di cuenta ya me había despojado de la camiseta y mis tejanos resbalan por mis rodillas mientras Sofia me agarraba mi miembro que ya observaba su delantera al descubierto.
Empezó a subirse la falda y me lancé a su entrepierna, lamia sus labios mientras ella se masajeaba el clítoris y me acariciaba el pelo.
Al incorporarme se agachó para saborear mi pene, que no necesitaba más estímulo para ponerse a tono.
Nos besamos apasionadamente retrocediendo hasta acabar sobre la mesa. Mientras ella levantaba la pierna yo introduje lentamente mi glande en su vagina… era un momento para recrearse, soñado hasta la saciedad quería retener en la retina cada secuencia.
…su sonrisa mientras la penetraba, sus pechos descolgados con el bamboleo de mis acometidas… la sensación de estar dentro de ella por momentos… Tenía que salir para no correrme.
Momento que aprovecho ella para empujarme sobre la silla de la oficina y sentarse sobre mí. Ya no tenía el control, ella saltaba a su antojo sobre mí. Yo solo podía tocar sus pechos…
Por un instante parecía cansarse de saltar. Aproveche para agarrarla por los muslos y volcarla sobre mí. De nuevo marcaba el ritmo, con las pulsaciones a mil levantarla a pulso no suponía esfuerzo, mientras el olor de su cabello me hacía extasiar.
Se plantó de espaldas a mí con las manos sobre la mesa, para atacarla por detrás. Agarrado a sus nalgas empujaba con ganas… ella se revolvía y me besaba cuando podía. En la pantalla del ordenador se reflejaba su rostro de placer…
Me tire al suelo extenuado, pero Sofia parecía no querer parar y frente a mi pude ver gotear su vagina… Se sentó sobre mi miembro y con su dominio marcó un ritmo desenfrenado, en el que sus gemidos subieron de tono.
Estaba a punto de estallar, cerré los ojos como quien no quiere mirar y de pronto desapareció! Ya no estaba sobre mí, agache la mirada y se tocaba el coño entre convulsiones.
Agarré mi polla sin perder de vista el panorama… el bombeo de sangre era máximo, sentía las palpitaciones en el glande…
De pronto Sofia se reincorporo a cuatro patas y se empezó a acercar hacía mí. Dejé de agitar la barita para contemplar esos pechos acercándose… su mirada… sus pechos… su mirada…
Zas! sin tocarme exploté de placer… el semen salió disparado por entre su escote para caer sobre mi pecho.
De pronto, una sacudida! ¿Que? Donde estoy? El metro?
El vagón esta vacío, me he pasado de mi estación y mi pantalón… Esta mojado!
Ha sido un sueño? Espero que no solo este agotado por el día.