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Le quite la virginidad a mi hija
Les voy a contar como fue:
Tengo 33 años, y tengo una hija de 15, la cual sufre una extraña enfermedad que le provoco una parálisis cerebral. Su padre al ocurrirle esto nos abandono. Ella depende completamente de mí, no puede hacer nada esta completamente paralizada. Tengo que alimentarla, bañarla, cambiarla y demás cosas que uno tiene que hacer por ella. Por la situación en la que se encuentra tiene que usar pañal para adulto y debido a este pañal ella genera olores bastante fuertes de sus genitales. Por tal motivo yo cuando la baño le depilo toda su zona genital para que esos olores disminuyan. Últimamente he notado que al tocarle la zona tiene espasmos más fuertes. Se desespera y se pone muy inquieta.
Le comente al medico neurólogo lo que ocurría, él me explico que a pesar de su situación ella tenia excitación y deseos sexuales que había que calmar como toda adolescente.
Yo salí del consultorio del medico muy asustada y sorprendida por lo que me había comentado el doctor. No sabia que hacer, yo pensaba que mi hija no sufriría de necesidades sexuales, pero viendo sus reacciones entendía que no era así, ella tenia deseos que yo no tenia ni la mas mínima idea de cómo cumplirlos.
Estuve pensando en posibles soluciones durante un par de meses, pero solo se me ocurría contratar un gigoló o hacerlo yo misma, pero la idea de que alguien pudiera lastimar a mi nena no me cabía en la cabeza, y la otra opción pensaba seria peor.
El tiempo fue pasando y mi hija seguía con sus deseos, espasmos, desesperaciones e inquietudes, yo lo podía comprobar ya que al seguirla depilando podía ver como le brillaba su vulva de tanto líquido que le salía provocado por la excitación del momento.
Entonces me arme de valor y decidí ser yo la que calmaría esos deseos de mi nena.
Un día al terminar de bañarla y depilarla la deje desnudita en su cama, me acerque a ella y me senté a un lado de su desnudo y delicado cuerpo. Yo tenia un gran sentimiento de culpa, pero sabia que si no lo hacia mi nena seguiría sufriendo. Entonces, lentamente fui acercando mi mano a su entrepierna y comencé a acariciar su virginal vulva. Inicie frotando sus labios rosados, que de inmediato por la excitación de mi nena comenzaron a hincharse y ponerse en un tono rojizo, seguí frotando sus colita en busca de su pequeño clítoris, al encontrarlo comencé a darle un suave masaje son las yemas de mis dedos. Yo solo veía la cara de satisfacción que estaba experimentando mi preciosa nena, estaba completamente excitada. Así continúe durante un rato asta comprobar que mi nena se calmara. En los instantes seguidos mi niña expreso un pequeño gemido, yo sabia que había tenido su primer orgasmo y su mamá se lo había provocado.
Al pasar los días yo pensaba que mi hija había tenido suficiente por un buen tiempo, pero no fue así, los días pasaban y yo notaba como mi hija seguía con sus instintos a flor de piel. Yo trataba de controlarlos con las mismas sesiones de caricias, pero ya no eran suficientes para el hambre de mi nena.
Fue así entonces como me anime a hacer un poco más por mi nena.
Estando en otra sesión de caricias hacia mi nena y al ver que yo no le era suficiente, entonces acerque mi boca hacia su vulva y comencé a darle una pequeñas lamidas, recorría todos sus carnosos labios y ese pequeño clítoris. Mientras yo hacia eso podía ver la cara de placer que tenía, mi nena estaba que escurría, gemía y pujaba de tanta excitación y placer que estaba experimentando. Yo, al ver la cara de satisfacción que tenia mi nena me olvidaba de todo, de que yo era su madre y ella mi hija, de que estaba mal lo que hacia, que si muchos se enteraran me tacharían se sucia y de que hasta a la cárcel me mandaría, pero al ver a mi nena tan feliz no me importaba nada y al pasar del momento hasta yo comenzaba a disfrutarlo, olor, calor y sabor hacia que quisiera hacer feliz completamente a mi nena.
Al pasar del tiempo yo seguía haciendo feliz a mi nena, pero quería que lo fuera completamente, así que decidí ir a una sex-shop y comprar algo para hacerla experimentar completamente las delicias del sexo.
Llego es día en el que haría completamente feliz y plena sexualmente a mi nena, y creo que no solo ella lo seria, yo también estaba que me derretía de placer y de la calentura.
Comencé con la misma sesión que tenia ya tiempo repitiendo, mi nena ya sabia lo que le esperaba al ver que comenzaba con la rutina. La llevaba al baño, comenzaba a enjabonarla, la tallaba y después de eso la depilaba completamente, solo que esas depiladas últimamente eran un poco diferentes, cuando comprobaba que su piel estuviera suave y limpia ya no era solamente tocarla para comprobar, si no más bien una caricia hacia su rosada colita.
Al terminar con el baño la lleve a su cama, la coloque sobre ella y la deje desnudita ya con sus delgadas piernas abiertas, seguí con las suaves caricias que tenia tiempo haciendo, esas caricias le encantaban, se mojaba muchísimo y no se diga con las tremendas lamidas que yo le propinaba, ya teniéndola deseosa de mas placer fue entonces cuando saque el objeto que había comprado días antes. Se trataba de un dildo con arnés incluido para colocármelo y me quedaba como si yo tuviera pene, entonces me coloque entre sus piernas y comencé a frotárselo sobre su vulva y clítoris, cuando vi que mi hija con su mirada me estaba diciendo prácticamente que se lo metiera, empecé a introducírselo lentamente con bastante esfuerzo, ya que su virginidad me impedía seguir avanzando, entonces tome un poco mas de impulso y la penetre por completo. En ese mismo instante soltó un grito con quejido de entre dolor y placer, junto con unas gotas de sangre y lubricante de su vagina, yo estaba al igual que mi nena hirviendo de placer. Continúe con el mete y saca hasta que mi nena exploto con un estruendo de placer inmenso. Quede junto a mi nena que estaba como nunca de relajada.
El tiempo fue pasando y las sesiones de placer con mi hija continúan.