Mi mamá me desvirgó
Hola!!!! Quiero compartir con un ustedes, mi primera experiencia sexual; la primera vez que conocí lo que es follar sintiendo un profundo placer, muy intenso y profundo. Mi iniciación sexual, mi debut, fue con mi madre ni más ni menos!!!.
Me llamo Carlos, actualmente, tengo 21 años. Cuando fui desvirgado por mi madre tenía 16 años y; en aquella etapa adolescente, mis hormonas estaban en plena ebullición, con permanente calentura, muchas pajas para aliviar el deseo carnal; es decir, la libido estaba a full!!! Todo me causaba excitación y mi polla muy frecuentemente se ponía durísima y erecta…siempre al palo!!!
La noche que dejé de ser un chico virgen se dio bajo estas circunstancias: mi padre había viajado ese día al exterior, por asuntos de negocios, quedándonos en casa mi mamá y yo, hijo único. Recuerdo que fue un día muy caluroso, casi 40° C de temperatura y gran humedad. Fue insoportable el calor, pues, estábamos en pleno verano. Al llegar la noche, me quedé en mi cuarto viendo una película, mientras mi mamá estaba en el suyo, durmiendo. Veía una película porno desde mi cama, y poco a poco, me fui poniendo “hot” y mi pene se me paró. Estaba muy excitado, cuando escuché ruidos en el cuarto de mi madre. Atraído por la curiosidad, salí sigilosamente, sin hacer ruido para ver qué sucedía. Al llegar a su puerta, escuché gemidos y jadeos. Miré por el ojo de la cerradura de su puerta y descubrí algo que no esperaba ver: mi madre, sin bragas, introducía sus dedos en su coño masturbándose sola. Mientras se daba placer solitariamente, hablaba por su móvil. Pensé que hablaba con mi padre, pero enseguida me di cuenta que no era mi padre. Presté atención y entendí que se masturbaba utilizando una línea telefónica caliente. Hablaba con un desconocido y eso la había puesto cachondísima. Verla me calentó aún mas. Mi polla estaba a punto de “reventar” de lo erecta que se puso. Sin querer, hice un pequeño ruido, al tropezar con una mesita en el pasillo; suficiente para que mi madre escuchara. “¡¡¡Carlitos!!! Eres tú???”, gritó preguntando. “¡¡Sí ma…!! Soy yo!!”, respondí disimulando como si no me hubiera percatado de nada. “Voy al baño!!”, proseguí, intentando justificar mi presencia en lugar, mintiéndole. “Ah…bueno!!!”, dijo. Entré al baño y cuando salí vi el cuarto de mamá vacío. Entonces fui hasta la cocina y allí la encontré tomando agua fresca, para mitigar el calor y supongo por el momento caliente que había vivido.
Mi mamá, Liliana, es una hermosa mujer. Con sus 42 años, tiene un lindo cuerpo. Es alta, de tez blanca, ojos verdes, pelo lacio largo color negro, lindas piernas, buenas tetas y; lo mejor, lo más atractivo de ella: un culo sensacional!! Cuando la miré parada junto a la luz de la heladera, vi su silueta sensual, y me quedé tildado con el camisón de seda cortito rosado que llevaba puesto. La vi transpirando mucho y me percaté que el camisón estaba mojado a la altura de su coño. “¿Qué sucede hijo? ¿No puedes dormir por el calor?”, me preguntó. “Así es mamá!! Se me fue el sueño!!”, le contesté. “Yo tampoco puedo!!”, me dijo. “Ven conmigo, si quieres…veamos alguna película entonces!!!”, me dijo invitándome a compartir con ella un momento. “¡Ok…me parece genial!! ¡¡Vamos!!”, le respondí, aceptando su invitación. Acomodado en la cama junto a mi madre, comenzamos a ver una comedia. Muy pronto, ella se durmió, y yo sin darme cuenta hice lo mismo. Lo cierto es que la película era muy aburrida. Quedamos durmiendo juntos en la cama matrimonial de mis padres. Durante la noche, mientras dormíamos, involuntariamente, mi madre rozó con su cola mi polla. En dormido, sentí ese roce caliente y me provocó una gran erección de mi pene. Allí me desperté muy caliente y vi a mi madre de costado, dándome la espalda, con su culo apuntando hacia mí. Sin razonar, siguiendo mis instintos, me aproximé a ella, hasta quedar casi pegado mi cuerpo al de mi mamá. Le apoyé la polla en su cola y despacito comencé por rozarla. Mi madre, en dormida, parece que sintió la dureza de mi polla, y sin despertarse, comenzó a mover su culito, frotándose contra mi pene. Aquello me puso a mil!! Me saqué el bóxer, y con mi verga, habiendo subido el camisón de mi mamá, comencé a arrimarla, mientras mi polla desnuda se apoyaba en su cola desnuda. Ella empezó a hablar en dormida: “Así, así…papi…qué rico!!! Mmmm…qué dura se siente tu pija!!!!”…mientras movía cada vez más rápido su culo, ya directamente pajeándome con él. Yo ya no podía resistir, y con mis dos manos le agarré las tetas, mientras mi polla empujaba hacia dentro de su coño. Estábamos en la posición cucharita. En medio del fragor del frotamiento, sentí cuando la penetré a mi madre, y comencé a follarla apasionadamente. Ella gemía, jadeaba y gritaba…ya se había despertado, pero la situación candente nos había sobrepasado a los dos. Ya todo era incontrolable. “¡¡¡Ay, ay, ay…ah, ah, ah,…delicioso!!!”, decía con la respiración muy agitada. Lo cierto, que mientras la cogía, de repente, mi polla estalló adentro del coño de mi madre…y la llené de semen. Acababa de eyacular dentro de mi madre, mientras ella gemía de placer, porque había tenido varios orgasmos también. Quedamos tendidos, exhaustos los dos, después de aquel momento de pasión, que significó mi debut sexual.
Luego lo hicimos una y otra vez durante toda esa noche.
De esta manera, mi madre, fue la primera mujer que me desvirgó y me dio la mejor de todas las lecciones sobre sexo. Con mi mamá me doctoré en el arte de follar.