Mis Inicios II
En casa de mi padrino
La historia que contare, sucedió cuando cursaba primero de secundaria, para ese tiempo como ya podrán imaginar (aunque se lo contare después) ya había tenido acercamientos con personas más grandes que yo.
En fin, para el festejo del 16 de septiembre, vino mi padrino y su familia, fue un jueves, llegaron en la tarde, fuimos a la celebración, regresamos a casa y nos fuimos a acostar. Al día siguiente durante el desayuno, mi padrino nos invitó a pasar el fin de semana en su casa, que estaba en un pueblo cercano, mis padres no quisieron ir sin embargo me dejaron ir a mí, así que nos fuimos en su coche al pueblito en el que vivían. Llegamos a media mañana y lógico es que nos pusimos a jugar sus hijos y yo.
Mi padrino era dueño de un terreno muy grande, en el que incluso sembraba maíz, en él se encontraban cinco construcciones, una que era su casa, otra que era la casa de su mama y de sus hermanas, una más que era un establo donde había dos caballos, otra construcción más pequeña donde vivía la hermana de su mama con sus hijos ya que era viuda, y otra construcción pequeña donde guardaba herramienta, enseguida estaba un plantío de maíz.
Nosotros jugábamos y corríamos por todos lados, entrabamos a todos los lugares etc. Salíamos a correr por el campo y nos divertíamos mucho, yo convivía mas con el mayor de sus hijos que es un año menor que yo.
Pero en fin, cerca de la casa vivía un sujeto, no recuerdo el nombre y menos como le decían, porque creo que todos lo llamaban por su apodo, pero era un todólogo, lo mismo plomero, electricista, arreglaba de todo y también se encargaba de los dos caballos que estaban en casa de mi padrino. Ya lo había visto antes en algunas ocasiones en que íbamos de visita a casa de mi padrino.
Ese día, ya por la tarde llego, nosotros jugábamos y corríamos y el paso después de saludar y se fue a ver a los caballos, el tipo tendría ya más de 30 años quizá, era blanco, de bigote, cabello ondulado y con un físico marcado a golpe de trabajo rudo de todos los días. Al ver que iba hacia el lugar donde estaban los caballos, le dije al hijo de mi padrino que fuéramos a ver, antes de que respondiera salí corriendo hacia el lugar sin darle oportunidad de pensar. Llegamos y la puerta estaba abierta así que entre, no veía al sujeto así que me metí despacio mirando hacia todos lados, de repente salió de atrás de donde ponían las pacas de alforja y me vio moviendo su cabeza “Que hay” dijo, yo lo vi y me quede parado, estaba sin la playera que traía y pude apreciar su pecho semivelludo, con sus pectorales marcados y coronados por unas tetillas erectas y la fuerza de sus brazos, el sujeto sonrió y dijo “Que bien, váyanse a jugar, tengo cosas que hacer” el hijo de mi padrino me jalo del brazo y nos salimos corriendo y seguimos jugando.
Después de un tiempo nos llamaron a cenar, así que nos metimos a la casa y nos dirigimos al comedor, el sujeto estaba ahí platicando con mi padrino, a nosotros nos mandaron a lavarnos las manos por lo que nos fuimos al baño, estábamos en eso cuando llego el sujeto este también a lavarse las manos, pero a llegar con su muslo toco mi trasero, yo me quede sin moverme, el hijo de mi padrino termino de lavarse y se secó las manos y se salió quedando en el baño solo el señor y yo, yo empecé a enjuagarme las manos mientras sentía mas pegada la pierna en mi trasero, el me dijo “Me di cuenta como me viste” yo no dije nada, cerré la llave y me moví para tomar la toalla y secarme las manos, el dijo “Te vi” al decir esto con una de sus manos me agarro las nalgas, yo me Salí rápido y me fui a sentar a la mesa, el llego y se sentó a mi lado. Durante la cena, el bajaba su mano de la mesa muy discretamente y primero rozaba mi pierna, para el final de la cena, ya me había tocado varias veces el muslo con la mano abierta.
Terminamos de cenar y salimos al jardín, el también salió y se despidió diciendo hasta mañana.
Ocasionalmente nos juntábamos todos para jugar y a ese grupo de cuatro se unían algunos otros vecinos y vecinas que ya mencionare más delante.
Esa noche estuve un poco inquieto hasta que me pude dormir, al día siguiente, a media mañana llego, entro a la casa y salió con mi padrino, se dirigieron hacia la camioneta y mi padrino le entrego las llaves, entonces mi padrino nos llamó a su hijo y a mí, nos acercamos a donde estaban y me dijo que me subiera a la camioneta para que acompañara al “tipo” (así le decían) a un encargo, “nosotros los alcanzamos en la brecha, primero llegamos a otro mandado”, así que me subí con el “tipo” y nos fuimos, por el espejo alcance a ver que mi padrino salía en su coche con su hijo y se dirigían hacia el lado contrario del que nosotros íbamos.
El silencio duro unas tres calles solamente, cuando salimos al camino de terracería dijo “así que te gustan los hombres” yo no respondí, solo miraba el camino, el se rio y dijo “no te preocupes, no pasa nada, además, estas tetudito” dijo mientras con su mano derecha me tocaba el pecho apretándolo, yo apenas alcance a medio sacarme y el se rio, “tranquilo, ya se está parando” dijo mientras llevaba a misma mano a su entrepierna, yo me quede callado, ese agarrón que me dio me había gustado, bajo un poco la velocidad y volteo a verme, se hizo a un lado en el camino y se detuvo debajo de un árbol, apago la camioneta y se bajó, dio la vuelta hasta llegar a mi puerta y la abrió “todavía no llegamos” dijo mientras se desabrochaba el pantalón mostrándome su verga “te gusta verdad” “Si” respondí de inmediato se rio, “súbete la playera, quiero verte las chichis” subí mi playera y mis pechos quedaron de fuera, el empezó a agarrarlos con las dos manos, sentí lo rudo de su piel, sus callosas manos, tomo mis pezones y los empezó a acariciar “agárrame la verga” mis manos fueron hacia ella, la tome y empecé a sobarla con una mano mientras con la otra agarraba sus huevos, la tenía dura, venosa, la cabeza bien libre, sus venas marcadas, y un poco chueca. Soltó mis pechos y acerco su boca a ellos, yo tuve que soltarlo para dejar que su lengua, su boca y sus dientes juguetearan con mis senos. Se apartó cerro su pantalón, mi puerta, subió a la camioneta y seguimos el camino.
“Ya te la has comido antes verdad” me pregunto mientras tomaba de nuevo el camino “Si” respondí, “Te gusto lo que te hice” “Si” se rio, acelero y al cabo de unos minutos llegamos a la brecha, era un lugar en donde salía otro camino de terracería, siguió unos metros y detuvo la camioneta de forma que podía ver el camino pero unos árboles impedían que del camino se viera la camioneta “llegamos”, bájate, lo hice, camino unos metros hacia varios lados asegurándose de que no hubiera nadie, regreso y se detuvo frente a mi tocando de nuevo mi pecho sobre la playera, me tomo de un brazo e hizo que me girara quedando de espaldas a el acercándose y pegando su verga más en la parte de mi espalda, para ese momento sus manos estaban bajo mi playera y sus dedos jugaban con mis pezones, apretándolos, luego abría toda la mano y agarraba mis dos pechos apretándolos, eso me gustaba, me giro de nuevo quedando frente a el y subió mi playera, se sentó en una piedra y me acerco a el sentándome de frente sobre sus piernas quedando de forma tal que podía acariciar, besar, chupar y morder mis pezones, luego se levantó y me llevo a la camioneta, se bajó los pantalones dejando su verga erecta de fuera, se sentó en el asiento “trágatela” yo lo mire a los ojos, mire su verga y abrí mi boca, saque la lengua y toque su cabeza justo en la parte de abajo donde se une al tronco haciendo suaves movimientos hacia los lados, su respiración me hizo saber que le había gustado, mi lengua recorrió su glande despacio en movimientos circulares hacia uno y otro lado “si que lo has hecho antes” mis labios se abrieron y se posaron sobre su glande chupándolo, succionándolo de forma suave, el lo disfrutaba, mi boca se abrió y apenas rozando mis labios se comieron parte de su verga, mi lengua acariciaba la parte baja de su tronco, “que rico” mi cabeza empezó a subir y bajar dejando que la saliva inundara su miembro, una de mis manos fue a sus huevos y la otra a la base de su pene, me gustaba, la disfrutaba, mis ojos estaban cerrados sintiendo como su verga entraba y salía de mi boca, su mano llego a mi cabeza y la empujo un poco mas, haciendo que entrara una mayor parte de su verga, su cabeza tocaba la entrada de mi garganta “así mámala, toda, se que te gusta putito” algunos sonidos parecido a gemidos salían de mi garganta, lo que no salía era su verga, no la dejaba salir, quería que mis labios y mi lengua se aprendieran cada parte de ella, empezó a moverse “apriétame los huevos” “apriétala con la boca” mis labios apretaron más su verga, ahora el llevaba el ritmo de entrada y salida “así con la lengua dale” mi lengua acariciaba cada parte de su verga mientras embestía mi boca “te los voy a echar” mi lengua arrecio las caricias y mis labios apretaban más su verga, su mano se posó en mi cabeza “ ya vengo no te los tragues” exploto, mi boca recibió fuertes chorros de leche, su cuerpo se estremecía su mano me sujetaba con más fuerza y su embestida era acompañada de leche, calientita, toda la recibió mi boca. Su dureza se perdió poco a poco mientras mi boca tenía en su interior su verga y su leche, respiro hondo, “déjame ver” se levantó, abrí la boca “si avente mucha, tíralos ahí” me voltee y los arroje a un lado, vi lo blanco del color y el sabor que dejaba en mi boca fue agradable, me jalo de un brazo y se acercó, se agacho un poco y puso sus labios en mi boca, metió su lengua en mi boca mientras sus manos se deslizaban bajo mi short y mis trusas agarrando mis nalgas, subió una mano hacia mi pecho, me subió a la camioneta y me puso en cuatro sobre el asiento, bajo mi short y mis trusas dejando mis nalgas libres, las acaricio con sus manos rudas, me dio unas nalgaditas, acerco su boca a ellas y sentí que su lengua lamia cada una hasta llegar a mi espalda, después sentí su aliento entre la unión de mis nalgas y la zona de mi espalda, su lengua acaricio esa parte, hacia arriba y hacia abajo apretó mis nalgas con sus manos “ábrete más” separe más la piernas “así” sus manos separaron mis nalgas dejando el ano al descubierto “que culito tan rico” sentí su aliento llegando a mi ano, mi cuerpo reacciono, gemí, temblaba, su lengua acaricio de nuevo mis nalgas y poco a poco se fue metiendo entre ellas, lento despacio, sentía su respiración, la húmeda punta de su lengua toco mi ano, una descarga eléctrica me hizo temblar y todo mi cuerpo se sacudió, volvió a tocar su lengua mi ano, la misma reacción “estas rico, tienes un culito bien sabroso” me dio una nalgada “ya ponte la ropa, ahí viene tu padrino” baje rápido y me coloque la ropa, “después te la meto” le coche de mi padrino llegaba en ese momento, sin apagarlo grito “vámonos” el “tipo” subió a la camioneta la encendió y nos fuimos.