La prometida
Era una companera de trabajo de quien no sabia mucho. Por azares del destino, tuve necesidad de hablar con ella por temas de trabajo. Era muy hermosa, y siempre vestía impecable, con una personalidad alegre y dócil. Jamás pasó por mi mente que meses anteriores en una conversación informal de companera de trabajo en común, ella había emitido comentarios respecto a mi y mi apariencia varonil y muy formal. Un día comentando me enteré de su comentario y por alguna razón quedó esa duda en mi mente. Días después tuve la oportunidad de hablar mucho más con ella, siempre por trabajo, incluso intercambiamos teléfonos. Un día después de una reunión de varias horas donde ella participó. Al salir, tome mi carro y en medio del tráfico recibo un mensaje: “me gusta tu sonrisa”. En ese instante supe que lo que me habían dicho era verdad. Al siguiente día quedamos en almorzar juntos y allí me confesó que estaba atraîda por mi. Quedamos en continuar la conversación al salir del trabajo. La acompane hasta su coche, y conversamos yo no sabía nada de ella y ella nada de mi. Era una mujer bella 10 anos menor. Yo le confesé que estaba casado y que no quería involucrarme con ella, que no podíamos hacer nada. Y ella me confesó que estaba comprometida y que estaba a meses de su boda. Bueno entonces seamos amigos, dijimos, y al despedirnos no resistimos la tentación de probar el fruto prohibido. Nos besamos, de manera tan intensa que se notaba en ella la ausencia de 8 meses de su prometido que se encontraba de viaje por trabajo, y yo de muchos anos de matrimonio con un sexo ya monótono. Salí casi huyendo de aquel lugar, pero pensando en que iba apasar manana, si íbamos a seguir o allí terminaba todo.
Pasó el fin de semana y no hablamos hasta el día lunes me escribió “extraño un beso tuyo, te espero en el coche”
Eso fue un detonante de adrenalina pura. No hayan las horas de salir. Llegada hora y efectivamente estaba allí. Esperándome, con un aroma delicioso, impecable como siempre, me abrazó me besó con intensidad, a tal punto de evitarme tanto que no
no resisti la tentación de desabrochar los botones de su blusa empezar a explorar su tierno, joven y hermoso cuerpo, unos pechos pequeños y firmes de pezón rosado y duros. Enfrascado en el aroma de su piel y el calor del momento, no resistí más la curiosidad y desabroche su pantalón de tela suave. Metí mi mano y explore más allá de lo que pude imaginar conocer a mi companera de trabajo, a quien días antes había conocido. Fue tan intenso el momento que, obtuve una confesión más:quiero ser suya, desde hace mucho, incluso antes que supiera de mi existencia. Eso desató el fervor y la locura en ese momento y el coche como cómplice, daba las facilidades para lo que ella propuso: nos pasamos para atrás. Medio vestidos, baje su pantalón y el mío con su bikini de algodón suave y color turquesa expuesto y semi desnuda, procedí a hacerlo a un lado y la penetre sintiendo el calor y lo mojadisima que estaba la tome, la hice mía, complaciendo su deseo
deseo. Me miró, la miré y terminó diciendo.
Quiero más de ti. Hoy vino mi prometido, no lo veo desde hace 8 meses y está en casa esperándome.
Fin.