Con las manos en la masa ULTIMA PARTE (Paola)
Todo se nubló en ese momento, esos labios carnosos, y sensuales estaban moviendose como fina melodía en los mios. Nuestras manos y brazos empezaron a moverse en todas las partes de nuestros cuerpos que se encontraban todavía bajo nuestros camisones para dormir.
Nuestra respiración se volvió mas profunda y acelerada, estabamos encantados con el tequila, las caricias, los olores y las texturas de nuestros cuerpos.
Paola me separó un momento de ella y viendome a los ojos me dijo en una voz muy bajita, casi en suspiro, “nunca he hecho el amor con otra mujer, ni menos con una amiga, pero quiero experimentar con Iliana.”
Si mano delicadamente llego a mis pompas y en un apretón repentino apretó mi cachete derecho debajo de mis panties. Yo respondí pero como mi mano izquierda de igual manera.
Poco a poco nos incamos y sin pronunciar alguna palabra nos quedamos mirandonos por unos segundos. Me acaricio mi pierna con sus uñas perfectamente pintadas. Con su dedo índice dibujó un corazón en mi pierna izquierda, yo estaba a punto de reventar. Asumí una posición diferente porque mi masculinidad ya estaba queriendo salir.
Ella me lavantó poco a poco de nuev, volvió a incarse y me bajo mi ropa interior que estaba húmeda, yo estaba llena de pre semen. Se llevó las panties a su rostro y las olio muy detenidamente y solo con la puntita probó mi jugo natural. Yo seguía de pie y super firme.
Con las dos manos tomo mi hombría al mismo tiempo que con la cabeza se hacía camino para comenzar a disfrutar de mi ser.
Al llegar a la punta yo respiré profundo disfrutando la boca de mi amiga a la cual la cosideraba solo eso. Llegue hasta lo mas profundo de su garganta, lo pude sentir.
Se detuvo, se separó de mi, se levantó y me dijo, “no es justo, yo me estoy llevando todo el placer y tu paradita solo ahí, ven vamos a la cama quiero que conozcas a una amiga, se llama Virginia.”
Obedecí, ese nombre ya lo había escuchado ante en reuniones de familia y por fin entendí quien era.
Se quitó su hilo dental negro y sabía igual que ella estaba que no aguantaba las ganas. Me pidió que me recostara. La cama era muy grande y quedé en medio, seguía con mi camisón como ella lo hacía también.
Me empezó de nuevo a tocar y lo hacía un poco mas lento. Se movió poco a poco con sus caderas y sus piernas solo pasando a centímetros de mi. Tenía sus labios inferiores increibles, llenos de vida y con una escencia inolvidable. Me dijo, “esta es Virginia y necesita de tu atención.”
Mi lengua conoció a Virginia, no estaba completamente depilada, pero si muy bien cuidada. Me presenté con todo respeto y todo tuvo un muy buen inicio. Mi lengua recorrió cada pared de mi amiga en lo que ella se hacia cargo de el chato, (ya se no es muy fenemino pero esa es mi parte masculina) .
Me atreví a usar mis dedos para hacerme de mejor camino y me aventuré a tocar la entrada de atrás. Cuando lo hice con mucho cuidado Paola solo respondio con una pequeña reacción de sorpresa. ELLA me hiso lo mismo, me gustó mucho.
Un 69 increiblemente bien hecho.
Nos detuvimos un momento. Estabamos los dos recostados en la cama y de pronto me dijo “sabes muy rico.”
Le dije “tu mas.”
Me quitó lo que me quedaba de ropa, pero me dejó la peluca, yo estaba sudando tan rico que ni siquiera lo pensé. Ella sola se quedó desnuda, la admiré y no quise arruinar el momento.
Yo seguí en pie de guerra.
Me dijo que me iba a hacer el amor, le dije que no traía protección, que no estaba preparado para esto.
Me dijo que no importaba que ella confiaba en mi y que ella no podía quedar embarazada, que la fábrica de hacer bebés se había convertido en un parque de diversiones.
Se montó en mi. Virginia se estaba portando bien, estaba un poco estrecha y en dos gemidos llegamos al final de esa maravillosa caverna.
Tomó mis manos llevándolas a sus copas perfectas y bien erguidas. Notaba en su cara que lo estaba disfrutando y que estaba llegando al orgasmo.
Movía las caderas sabiendo con el ritmo que no perderíamos contacto. Llegó a su climax, me apretó por completo todo yo llegando un instante después.
Me abrazó me besó completamente exausta, nos separamos completamente mojados con cualquier cantidad de nuestros jugos.
Nos quedamos esa mad**gada completamente dormidos en forma natural, cansados y con una sonrisa picaresca que nos hacía cómplices, y lo ha sido desde ese entonces.
Mi amiga Paola y yo hemos tenido varias aventuras mas desde ese entonces, solo las suficientes para seguir recordando esa primera noche.