Robando su Intimidad…
Trabajo como técnico en reparaciones informáticas desde hace algunos años, y no sería la primera vez, que en alguno de los equipos que dejan para reparar, encuentro fotos personales de esas que a la gente no le gusta compartir demasiado, ya me entendéis…
Siempre me ha resultado sumamente estimulante, encontrar esas fotos íntimas de mis clientas, en situaciones super sexuales muchas de ellas.
Pero un día, entró en el establecimiento una auténtica belleza, y dejó a reparar su portátil. Podéis imaginar las ganas que tenía de encontrar algo de ella en aquel disco duro, pero no hubo suerte. Tenía por supuesto, muchas fotos personales, sexy alguna, pero nada íntimo, nada privado…
Así que guiado por un impulso, por las ganas de saber más de ella, de espiarla, le instalé un software para monitorizar toda la actividad de su PC a distancia, antes de devolvérselo.
Durante la primera semana y media, tras recoger ella su ordenador, apenas intercambió algunos e-mails inocentes con amigas y amigos, así que decidí hacer la locura de controlar su ordenador a distancia y activar su webcam. La mayoría de las veces no tuve mucho éxito, pues el ordenador estaba cerrado o apagado pero al final mi perseverancia logró los primeros frutos, pudiendo verla mientras navegaba en ropa interior.
Me gustaba tanto, que una especie locura me llevó a pasar al siguiente nivel, así que empecé a mandarle mensajes anónimos utilizando la información que había obtenido previamente de ella. Conseguí captar su atención, pero tras muchas vueltas, acababa siempre en un callejón sin salida, así que le solte el bombazo de que tenía fotos suyas en ropa interior. Se puso frenética, y amenazó con denunciarme etcétera pero la sorpresa vendría dos días más tarde, cuando la vi entrar en mi establecimiento de nuevo, con el maletín de su ordenador en la mano.
Al principio, me asusté un poco, pues pensaba que había ido demasiado lejos con mis tonterías, pero lo que ella buscaba era soluciones y respuestas al modo en el que alguien podía haber accedido a “documentos importantes” de ella, pues los mantenía en un soporte externo, concretamente en un disco de red personal.
Le conté el cuento de que se podía instalar algún tipo de cortafuegos en su red doméstica para proteger ese servidor más, pero que había que hacerlo desde la propia red, así que automáticamente me vi concertando una cita para esa tarde acudir a su domicilio.
Lo primero que hice al llegar, fue conectar mi portátil a su red, y empezar hacer un back up a lo bestia del Tera de disco duro que tenía, mientras instalaba y toqueteo un poco a la configuración, asegurándome de que quedaban todos los puertos bien cerrados,menos los necesarios para sus aplicaciones y el que yo pretendía seguir utilizando.
En un momento en el que acudió a contestar una llamada, aproveché para urgar un poco los cajones de su cuarto, y le acabe robando unas braguitas muy sexis.
Al llegar a mi casa, no podía de la impaciencia de ver qué tesoro había logrado recabar de su disco duro, y ya lo creo que recabé un gran tesoro. Tenía toneladas de fotografías en ropa interior, desnuda, posando sexualmente, incluso algún que otro video que hace algo más que subir la maldita temperatura del cuerpo de cualquier hombre, y que ya os facilitaré si asi lo queréis.
Fingí desde los e-mails que le seguía mandando, que me había hecho la putada de cerrarme la vía de acceso a aquello, para dejarla un poco más tranquila respecto a su intimidad, pues necesitaba que estuviera tranquila, para que mi segunda parte del plan funcionase la perfección cuando lo pusiera en marcha.
(continuará…)